Documento Base y Declaración Final

PARTIDO REVOLUCIONARIO DOMINICANO

 

Frente Nacional de Seguridad Social El PRD y el Sistema Dominicano de Seguridad Social

Documento Base y Declaración Final presentados al Congreso Dr. José Francisco Peña Gómez Santo Domingo, Septiembre del 2010

CONGRESO Dr. José Francisco Peña Gómez

Por la Unidad y la Renovación del PRD

Presentación

 

En términos estratégicos la Seguridad Social es contemplada hoy en día como un derecho humano1, y como tal ha sido colocada por la ONU, la OIT, y los organismos multilaterales de financiación y cooperación en la agenda mundial de discusión de políticas y estrategias para evitar y reducir la pobreza. La Seguridad Social constituye en la actualidad una de las mayores garantías de estabilidad social propiciando la coexistencia pacífica, la cohesión social y el fortaleciendo la democracia. De ahí que sea asumida por los gobiernos de todo el mundo como principal instrumento de política pública. En consonancia con estos planteamientos, el PRD en una expresión clara de su intención de romper con el estado de inequidad ancestral que ha caracterizado a la sociedad dominicana y dar respuesta a la creciente demanda social que exigía y exige una mejor distribución del ingreso y una protección social más justa y amplia, creó las condiciones para que la República Dominicana, el 9 de mayo del 2001, diera el paso más trascendental en toda su historia social, al asumir el Estado dominicano, impulsado por el PRD y el socialismo democrático, la Seguridad Social como derecho humano, como política pública y como elemento fundamental del desarrollo social del país. La aprobación y puesta en marcha de la Ley 87-01, constituyó el primer paso en firme hacia la consecución de la tan anhelada Justicia Social, ya que hoy en día se considera que la misma no puede existir sin Seguridad Social. Ahora, casi a punto de cumplirse los 10 años del período transición, plazo otorgado por la ley para la implementación y desarrollo de la Ley 87-01, está a la vista de todos que dicha reforma no tuvo la connotación social contenida en el espíritu de dicha ley y que el país esperaba. Las causas del fracaso de la gestión del Dr. Leonel Fernández y el PLD en la implementación de este valioso instrumento se analizan más adelante, pero desde ya adelantamos que un nuevo PRD unido y fortalecido tiene el deber ineludible, y asumirá nuevamente la responsabilidad, el compromiso social, económico y político del Estado y de la sociedad en su conjunto, para alcanzar su vigencia plena y efectiva para todos los ciudadanos de nuestra nación en nuestro empeño por implantar en el país un verdadero Estado de Bienestar Social.. El Congreso Dr. José Francisco Peña Gómez representa una oportunidad para unir y fortalecer al PRD, para darle como nunca antes una nueva dimensión, una nueva proyección de futuro que le permita convocar a la sociedad a un nuevo pacto social, a un nuevo proyecto de país, a una nueva institucionalidad. En dicha iniciativa nos proponemos, reasumir los principios originales de la Ley 87-01, actualizar su contenido de acuerdo a las circunstancias actuales del mundo de hoy, y ampliar los seguros y sus formas concretas de otorgar la Seguridad Social para toda la población para hacer 1 Art. 22 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y art. 25, de los Derechos Económicos y Sociales.

Efectivos los principios de solidaridad, universalidad y redistributivos del ingreso. Hace falta un cambio, hace falta un gobierno decidido a trabajar para dar un giro a la situación. Hace falta asumir la realidad, dejar las mentiras, la manipulación mediática y trabajar por el país y, más importante, por los dominicanos que la están pasando mal. 1. DIAGNÓSTICO DEL SISTEMA DOMINICANO DE SEGURIDAD SOCIAL. El Período de Transición (art. 33), plazo establecido por la Ley 87-01 para su implementación y desarrollo, es de 10 años contando a partir de su promulgación. En el primer tercio del proceso de implementación de dicha ley, durante los primeros 3 años de vigencia de la ley, el gobierno del PRD tuvo el siguiente desempeño: a) Estableció y puso en marcha los organismos de dirección del Sistema Dominicano de Seguridad Social, b) reorganizó la SESPAS, impulsando la reforma y modernización del Sistema Nacional de Salud con la aprobación e implementación de la Ley 42-01 o Ley General de Salud, c) reorganizó y reglamentó las organizaciones empresariales del sector privado tanto financieras (bancos, AFP), como de servicios de salud (ARS, PSS), adecuándolas para que pudieran actuar acorde a los principios de la Seguridad Social, d) creó el 90% de la normativa operativa de todo el sistema, así como los estudios socioeconómicos indispensables para ejecutar las transformaciones del nuevo sistema, e) implementó exitosamente los Seguros de Pensiones por Vejez, Incapaci- dad y Sobrevivencia y el Seguro de Riesgos Laborales y Enfermedades Profesionales. En los siguientes dos tercios del Período de Transición de implementación de la ley 87-01, durante los siguientes seis años que le han tocado al gobierno del PLD (2005-2010) al frente de la seguridad social, sólo han podido implementar de forma parcial el Seguro Familiar de Salud que sólo da cobertura a cerca de un 30% de los trabajadores formales y a un pequeño porcentaje de la población subsidiada, quedando desprotegida el 65% de la población dominicana, vale decir, más de 6 millones de dominicanos. Ahora, al acercarse el final del Período de Transición en mayo del 2011, ha quedado en evidencia la falta de interés, la incapacidad, la incompetencia y la falta de voluntad política del Dr. Leonel Fernández y el PLD en la escasa cobertura poblacional del Seguro Familiar de Salud que mantiene desprotegida sin un seguro de salud contra el riesgo de contraer una enfermedad al 65 % de la población.

Algunas de las debilidades del gobierno que han impedido la vigencia plena de éste valioso instrumento son: incumplimiento o cumplimiento parcial de la ley 87-01; situación de crisis continua y debilidad institucional extrema del Consejo Nacional de Seguridad Social que ha sido suplantado por el vicepresidente de la República; la sostenibilidad financiera del sistema en peligro; incapacidad para llegar a acuerdos con los sectores empleador, trabajadores, los gremios de la salud y la industria farmacéutica. Ha propiciado la evasión y elusión de las cotizaciones; la falta de mecanismos de control, transparencia y rendición de cuentas de los recursos recaudados; incapacidad para propiciar la inversión rentable de los recursos de los fondos de pensiones en los grandes proyectos nacionales como forma de propiciar la sostenibilidad futura del sistema; la corrupción en las instituciones que componen el sistema; el clientelismo político y el retroceso de los procesos de reforma de las instituciones de la seguridad social y las que componen el Sistema Nacional de Salud. 1.1. Corrupción, Evasión y Elusión del Sistema Dominicano de Seguridad Social. La corrupción administrativa a todos los niveles ejercida desde el gobierno contra el Estado dominicano por la mayoría de los funcionarios públicos peledeistas ha alcanzado niveles proverbiales. El Departamento de Economía del PRD ha declarado la malversación de 416 mil millones de pesos en los últimos 6 años, mientras que la Dirección de Prevención de la Corrupción (DPCA) ha declarado que sólo una institución pública ha sido condenada por actos de corrupción. Sólo en la Seguridad Social el gobierno ha encubierto a los responsables de los desfalcos por RD$229, 774,216 millones del Fondo de Pensiones y Jubilaciones del Ministerio de Hacienda, y por más de 300 millones al Seguro Médico para Maestros (SEMMA), además de la estafa a los trabajadores del Ministerio de Salud Pública, a los cuales les han estado descontando sin su consentimiento por años RD$50.00 hasta abril del 2010 a través de la empresa Meta seguros, S. A. Este gobierno ha propiciado e incentivado la evasión y elusión de las cotizaciones de los empleadores en el 57% de las recaudaciones de los aportes al Sistema Dominicano de Seguridad Social, y el propio Estado como empleador adeudan al sistema miles de millones en cotizaciones que han sido descontados a los empleados lo cual pone en peligro la eficiencia y la sostenibilidad futura de las prestaciones sociales de todos los trabajadores y sus familias.


1.2. La Sostenibilidad y el Equilibrio Financiero del Sistema en Peligro.

 

El gobierno ha sido incapaz de impulsar una política de fomento de Empleo Decente2 como respuesta al deterioro creciente del empleo con la pérdida de más de 300 mil puestos de trabajadores urbanos y del sector rural, el aumento notable del sector informal, la falta de incentivos a la micro, pequeña y mediana empresa, por lo que éste gobierno ha puesto en peligro las prestaciones de Salud, las pensiones, el equilibrio financiero actual y la sostenibilidad futura del sistema. El 77% de los trabajadores dominicanos que cotizan a la seguridad social en el país gana sueldo mínimo, es decir, menos de RD$7,000. Si el salario no es adecuado, incidirá en la densidad de las cotizaciones y la pensión ni soñar que sea buena. En el escenario actual las tasas de aportes del 8% de los salarios no garantizan «pensiones dignas» con un promedio esperado no superior del 30 al 35% de los salarios3 después de una carrera laboral completa, quizás lleguen al 40 % si las tasas son adecuadas. Por otro lado, el potencial costo fiscal que deberá afrontar un gobierno futuro por la transferencia de las pensiones del IDSS y de entidades autónomas a cargo del Ministerio de Hacienda a causa de la tardanza en la emisión del Bona de Reconocimiento, y si le sumamos la disolución de decenas de planes de pensiones complementarios que existían en las empresas, podría igualar el total de activos acumulados en el nuevo régimen de capitalización individual, resultando en una tasa neta de ahorro prácticamente nula en los primeros seis años de vigencia de la ley. 1.3. El Instituto Dominicano de Seguros Sociales convertido en la institución más ineficiente de su género en América Latina. Deliberadamente, el presidente Leonel Fernández, ha propiciado la desaparición de la principal institución de Seguridad Social del país. En sus seis años de gobierno el proceso de reforma del IDSS fue detenido por completo. Su falta de interés por rescatar al IDSS, ha derivado en un caos financiero agravado por la corrupción y el clientelismo político hasta convertirlo en un barril sin fondo. El gran patrimonio de los trabajadores constituido por una Red Nacional de 20 hospitales, 24 policlínicas y más de 120 consultorios, ha sido degradado incapacitándolo para prestar servicios de salud eficientes, de calidad y oportunos. Actualmente las ARS estatales Salud Segura del IDSS y el Seguro Nacional de salud (SENASA) presentan pérdidas millonarias por cientos de millones de pesos y un déficit en las inversiones de las reservas técnicas RD$ 853 millones a junio de 2010. 2 Empleo seguro, estable y bien remunerado. 3 Hernando Pérez Montás, Actuario, en el I Congreso Nacional de Seguridad Social, junio 2010.

El SENASA en su afán de competir con las ARS privadas del Régimen Contributivo, donde prefiere invertir los recursos, ha sido incapaz de extender la cobertura del Régimen Subsidiado a la mayoría de los ciudadanos de las Regiones de Salud, donde se ha limitado a ofertar servicios de salud de precaria calidad en hospitales y establecimientos de salud persistentemente sumidos en una crisis sin precedentes. 1.4. Persistencia de un grave problema en el aseguramiento y el acceso a los servicios de salud Persiste en el país un grave problema de cobertura poblacional en el aseguramiento en salud que ha propiciado que el país se mantenga con escasos progresos desde que se iniciara en 1997 la reforma del sistema de salud hace más de 13 años. En la actualidad más del 65 % de la población aún carece de un seguro de salud. Es decir que el sistema mantiene a más de 6.5 millones de dominicanas y dominicanos sin la protección de un seguro contra el riesgo de contraer una enfermedad, situación esta inaceptable en el contexto de un estado moderno. El otro gran problema es el que tiene que ver con la creciente brecha de equidad en el acceso a los servicios de salud de los beneficiarios del sistema, es decir, la libertad y la igualdad de oportunidades de las personas para acceder a los servicios de salud independientemente de su nivel socioeconómico o del lugar donde vivan o trabajen. 1.5. El Régimen Contributivo Subsidiado en un limbo Hasta ahora el Sistema Dominicano de Seguridad Social no ha tomado en cuenta la situación de la mayor parte de los micro y pequeños empresarios, de los profesionales y técnicos, de los trabajadores domésticos, ni de los trabajadores del sector informal de la economía, cuyas necesidades de protección son mayores que las del sector formal. Los trabajadores del sector informal, independientes, eventuales, por cuenta propia o como se les quiera llamar, no representan un evento casual de la sociedad contemporánea, sino, que por el contrario son el sector de los trabajadores de más rápido crecimiento tanto en los países en desarrollo como en los industrializados donde la globalización ha dado lugar a nuevas formas de empleo desde hace más de dos décadas. Siete de cada diez nuevos empleos son informales, vale decir, el 71% de la nueva población receptora de ingresos ha ido al empleo informal, generalmente peor remunerado, con mayor inseguridad y sin ninguna protección social (CONEP). En nuestro país estamos hablando del derecho a protección social que tiene una fuerza laboral considerable a ser incorporados al Régimen Contributivo Subsidiado, más de tres millones de trabajadores y sus familias, situación inaceptable si tomamos en cuenta que estos sectores representan la mayoría de la fuerza productiva y que el sector de la micro, pequeña y mediana empresa aporta cerca del 26% del PIB. Verdaderamente estamos ante una grave situación de falta de justicia social, de falta de libertad y de exclusión social. 1.6. El problema de los trabajadores migrantes El problema que representa la situación de los trabajadores migrantes en el país ha constituido un foco permanente de atención sobre todo en lo que tiene que ver con la atención en salud y los riegos laborales. En las distintas conferencias internacionales de seguridad social se destaca la necesidad de actuar de manera proactiva ante las nuevas circunstancias que impone el mundo de hoy marcado por una creciente apertura comercial, lo cual implica un movimiento cada vez mayor de trabajadores y trabajadoras cuyo ámbito de referencia es el mercado de trabajo en un entorno de globalización fundamentado en los diferentes procesos de integración a escala mundial. En nuestro país la creciente migración de nacionales desde nuestro vecino Haití se ha convertido en una carga cada vez mayor sobre todo para el Sistema de Salud que desde el punto de vista ético no puede negar dichas atenciones. Pero también tenemos el problema creciente de los riesgos laborales y las enfermedades profesionales, y sobre todo tenemos el problema humano que representa la garantía de protección de los derechos sociales de los trabajadores y sus familias al final de su vida productiva. Se necesita de un instrumento, específicamente un convenio binacional que garantice la protección de los derechos sociales de los trabajadores migrantes y sus familias. 2. FACTORES EXTERNOS QUE AFECTAN EL DESARROLLO DE LA SEGURIDAD SOCIAL 2.1. La crisis financiera global de las economías. La reciente crisis económica financiera internacional ha contaminado a la economía real a nivel mundial, es decir, a la producción y a las transacciones mercantiles, por tanto ha afectado al empleo en todas sus formas. Si afecta el empleo, entonces necesariamente impacta a los sistemas de Seguridad Social, porque los mismos tienen su base en el empleo. La reducción del empleo se refleja de inmediato en la recaudación de las cotizaciones sociales, que también se verá perjudicada por las situaciones de las empresas, originando un incremento de la morosidad y de las peticiones de aplazamientos en el pago de sus obligaciones con la Seguridad Social. En esencia, la crisis afecta a la Seguridad Social en dos vertientes: en primer lugar afecta a la función protectora (gastos), es decir, la protección de las personas frente a las contingencias sociales, las cuales se incrementan en situaciones de crisis, como por ejemplo las prestaciones por desempleo, asistencia sanitaria y servicios sociales; y, en segundo lugar, afecta la capacidad de financiación (recursos). La afectación en el caso a las pensiones varía según el modelo. En un sistema de capitalización individual, los cotizantes que se jubilen en un momento de crisis, recibirán una pensión disminuida en su cuantía, dependiendo de cómo hayan sido afectados los valores acumulados en su cuenta individual, cuyos valores han sido invertidos por la AFP en el mercado bursátil. Esta pérdida de valor ya no se recuperará y le afectará durante toda su vida cualquiera que sea la modalidad: retiro programado o renta vitalicia. En un sistema de reparto los cotizantes que se retiren pueden no verse afectados en la cuantía de su pensión, pues los fondos no están invertidos en títulos valores, por lo que hay un poco más de seguridad. Pero desde el punto de vista macroeconómico, ambos modelos se ven afectados, el de capitalización individual a causa la caída del mercado de valores, y en el de reparto, a causa de la disminución de la población cotizante y consecuentemente, de los recursos anuales que dan cobertura a los gastos. En el país el desplome de los mercados financieros internacionales no afectó las pensiones debido al incipiente desarrollo de los mismos en el país y a que fondos no estaban invertidos en los mercados de valores internacionales, también a la estabilidad de la política macroeconómica, pero el desempleo sí incidirá en la densidad de las cotizaciones y las pensiones terminales. De cualquier forma debemos tener claro, que sea cual sea el modelo tenemos la necesidad de contar con una mayor garantía de que los ciudadanos contarán con un sistema que le ofrezca seguridad futura ante las situaciones de vejez, invalidez, muerte y sobrevivencia. 2.2. El proceso de globalización. El creciente proceso de globalización de las economías nacionales junto con las crisis mundiales como la que ocurre en la actualidad relacionada con los combustibles, los alimentos y las hipotecas en los Estados Unidos de Norteamérica, han impactado significativamente sobre las tasas de empleo a través de la eliminación directa de puestos de trabajo, y por otro lado, en forma indirecta a causa del fenómeno derivado de la utilización de las nuevas tecnologías que requieren de trabajadores con nuevas habilidades y competencias.

 

2.3. La Revolución Tecnológica

 

La revolución tecnológica ha dado lugar al desarrollo vertiginoso de la computación y las comunicaciones, al diseño de nuevas maquinarias, al auge de la robótica, la cibernética y la biotecnología, las cuales han impulsado en muchos países nuevas modalidades o formas de trabajo como el trabajo a distancia, y el empleo a tiempo parcial o por tarea. Esta nueva situación está exponiendo al trabajador contratado bajo estas condiciones a un estado de inseguridad debido a que el empleador queda exento de cumplir con las compensaciones estipuladas en el contrato de trabajo por jornada completa. En el caso de la tercerización, que está tomando mucho auge, no existe relación laboral ni contrato de trabajo. Las consecuencias de la falta de cotización a la Seguridad Social se traducen en desprotección del trabajador además de poner en peligro la financiación de los programas a largo plazo. Se trata pues, de unas nuevas relaciones laborales no contempladas en nuestras leyes laborales, que resultarían obsoletas y de una nueva organización del trabajo. 2.4. Las nuevas formas de empleo. Con el auge de mundialización de las economías nacionales en las últimas dos décadas han surgido nuevas modalidades de empleo diferentes de las formas clásicas que conocemos de empleo. Estas nuevas formas de empleo representan para los trabajadores niveles inferiores de Seguridad Social, inseguridad y pérdida de derechos laborales y de remuneración en relación con el empleo normal o clásico. En los países industrializados ha aumentado considerablemente el llamado «empleo atípico»4 cuyas principales características son: la incertidumbre, pues no hay la seguridad de que sea un trabajo percibido por el trabajador como estable para toda la vida; la flexibilización de los contratos, pues mientras unos son permanentes, otros son temporales; la prolongación de la jornada de trabajo con fines de aumentar la productividad y la competitividad; pérdida de los derechos laborales; desprotección por la Seguridad Social; y la posible pérdida de derechos sindicales y por tanto de la negociación colectiva. La flexibilización del mercado laboral ha propiciado una tendencia creciente del empleo temporal, eventual, de medio tiempo, a domicilio y la tercerización o subcontratación. Estas nuevas formas de trabajo en las que es notable un aumento de la participación femenina, se caracterizan por un aumento de la carga de trabajo, reducción de la remuneración, inseguridad y pérdida de la protección laboral. Se trata de un empleo precario y empobrecedor. Un ejemplo claro es el empleo a tiempo parcial, muy común en los países 4 Chile: Crecimiento, empleo y el desafío de la justicia social. Informe de las Naciones Unidas coordinado por la OIT, Santiago de Chile, 1998.  industrializados, en el que, siendo la jornada de trabajo inferior, devengan también una remuneración inferior en relación con la jornada completa. En resumen, el empleo atípico es la antípoda del empleo formal o clásico tal y como lo conocemos. Este nuevo concepto de empleo se traduce en empobrecimiento, inseguridad y desprotección social, todo lo cual requiere de una nueva organización y legislación laboral, y de nuevos mecanismos de Seguridad Social. El empleo precario «es una relación laboral donde falta la seguridad del empleo, uno de los elementos principales del contrato de trabajo»5. Bajo este concepto proporcionado por la OIT en el que el elemento fundamental es la seguridad que proporciona el contrato de trabajo, quedan comprendidos el contrato temporal y el contrato a tiempo fijo, el trabajo a domicilio y la subcontratación. La doctrina ha enriquecido el debate introduciendo otros elementos o dimensiones que conforman nuevos criterios, además de la inseguridad, como son la insuficiencia de ingreso, la inestabilidad y la carencia de protección. Así, un empleo es precario6 cuando tiene un reducido margen de tiempo, cuando existe un alto riesgo de pérdida del empleo; cuando el trabajador tiene escasas posibilidades de controlar las condiciones del empleo; cuando no existe protección o la seguridad social no está garantizada; o cuando los bajos ingresos se relacionan con la pobreza dejando por establecido que no es una sola dimensión sino la convergencia de diversos factores los que determinan que el empleo adquiera la condición de precario. Por otro lado, en contraposición al empleo precario, está el concepto de empleo decente7 como respuesta estratégica adoptada por la OIT conceptualmente orientada tanto al sector formal como informal de la economía. El trabajo decente es un trabajo libremente elegido en el que se respetan los derechos de los trabajadores, es más eficiente y productivo y cuenta con la adecuada cobertura en seguridad social. 5 OIT (organización Internacional del Trabajo) Definiciones y terminologías del trabajo, el empleo y la formación. Ginebra, 1998. 6 CEPAL (Comisión Económica para América Latina), 2000. El trabajo a tiempo parcial en Chile: ¿constituye empleo precario?, Santiago de Chile. Precarious jobs in labour market regulation. The growth of atipycal employment in Western Europe. Http://www.ilo.org 7 Revista de la OISS (Organización Iberoamericana de Seguridad Social), 2002. Economía Informal y Seguridad Social, ponencia de la OIT en el Seminario Internacional Empleo y Seguridad Social en Cartagena de Indias, Colombia, 2001.

3. FACTORES INTERNOS QUE AFECTAN EL DESARROLLO DE LA SEGURIDAD SOCIAL.

 

3.1. Niveles de Pobreza, desigualdad y distribución del ingreso La sociedad en que vivimos los dominicanos es una sumamente desigual, es una sociedad de extremos. El coeficiente de Gini8 indica que el ingreso medio de los hogares del decil superior de la población supera por casi 28 veces el ingreso medio de los hogares de los cuatro deciles más bajos, y el ingreso de los hogares del quintil más rico de la población dominicana multiplica o supera por 23 veces el ingreso medio del quintil de los hogares más pobres (CEPAL, 2008). En efecto, la desigualdad en la distribución del ingreso ha permanecido sin cambios significativos desde mediados de la década de los setenta lo cual explica la tendencia hacia el aumento en la brecha de desigualdad así como el escaso impacto del crecimiento en los niveles de pobreza. En comparación con los demás países latinoamericanos, el país posee una baja elasticidad de la pobreza frente a cambios positivos en la tasa de crecimiento del PIB. Por cada punto porcentual en que ha aumentado la tasa de crecimiento del PIB, la tasa de pobreza se ha reducido en cerca de 0.38 puntos porcentuales, mientras que en los períodos de crisis, por cada punto de reducción en la tasa de crecimiento del PIB, la tasa de pobreza se elevó en cerca de 8 puntos porcentuales (Banco Mundial, 2009).  El 71.4 % de la población del país no cuenta con la protección de un seguro de salud, vale decir, 6, 923, 379 dominicanos no se encuentran asegurados contra el riesgo de contraer una enfermedad. Actualmente en el contexto global, la desigualdad en los países que conforman la América Latina y el Caribe se ha ido deteriorando hasta el punto de ser la más desigual del mundo.9 En los países en desarrollo es frecuente que la pobreza se deba menos a una escasez absoluta de recursos que a su distribución desigual. 3.2. Inseguridad jurídica Todo sistema de Seguridad Social requiere de unas condiciones de seguridad jurídica de largo plazo, y esta constituye sin lugar a dudas una de las principales preocupaciones que se observan desde el momento mismo de la entrada en vigencia de la Ley 87-01. 8Coeficiente de Gini: Indicador utilizado con mayor frecuencia para medir la desigualdad en el ingreso. 9 CEPAL, Anuario Estadístico de América Latina y el Caribe, 2009.

La inseguridad jurídica en cualquier ámbito siempre es el resultado de una ausencia o debilitamiento de las instituciones democráticas, corrupción administrativa, deficiencias en la educación de políticos y de la población y desconocimiento de los derechos y deberes de la población. En materia de Seguridad Social, la inseguridad jurídica tiene efectos distintos de mediano plazo si el organismo o institución que presta los servicios es público o privado, aunque siempre afectará la sostenibilidad financiera del sistema, y el resultado final siempre se traducirá en desprotección de la población. La inseguridad jurídica que caracteriza el desempeño de la justicia dominicana, de la mayoría de las instituciones del gobierno y la debilidad institucional extrema de las instituciones de la Seguridad Social han impedido la vigencia plena de la Ley 87-01. Algunas de las fallas y debilidades del gobierno actual en el proceso de implementación de éste valioso instrumento son: a. Incumplimiento o cumplimiento parcial de la Ley 87-01 y sus reglamentos, destacándose la violación de los plazos establecidos para la entrada en vigencia e implementación de los regímenes, seguros y prestaciones contenidos en dicha ley. b. Modificaciones extemporáneas y complacientes: Ley 188-07 y Ley 189-07 del 25 de julio del 2007. c. Situación de crisis continua y debilidad institucional extrema de sus organismos suplantados por el vicepresidente de la República, lo cual pone en evidencia un interés clientelar. d. Persistencia del asistencialismo de instituciones del Estado utilizado con fines claramente clientelares. 3.2.1. Indicadores de salud 3.2.2. El envejecimiento de la población. Las transformaciones sociales y económicas de las últimas décadas están propiciando profundos cambios demográficos y en el perfil epidemiológico en muchos países en desarrollo. Estas tendencias se irán incrementando en los próximos 20 años, por lo que es previsible que implican nuevos retos a los sistemas de Seguridad Social y de salud en nuestros países. La República Dominicana se encuentra en la actualidad en una etapa de plena transición demográfica con una fecundidad moderada y baja mortalidad, por lo que a medida que avance este proceso de transición demográfica, tendremos menor crecimiento y una población más envejecida.

El proceso migratorio por el que atravesamos, es un elemento adicional que acelera el proceso de transición demográfica. Las proyecciones actuales de este patrón evolucionarán en el futuro hacia un progresivo envejecimiento de la población. Las personas mayores de 65 años pasarán de cerca del 6% en la actualidad a cerca del 10% de la población total para el año 2030. Las razones de esta tendencia al envejecimiento de la población son básicamente dos: una caída estrepitosa de la fecundidad y un aumento notable de la esperanza de vida. En efecto, a partir de la segunda mitad de la década del 60, la tasa global de fecundidad (TGF) inicia un descenso sostenido de 7.6 hijos por mujer10, a una TGF en el 2007 de 2.4 hijos o hijas por mujer; en la zona rural la mujer tendría una tasa de 2.8, y la urbana de 2.3, casi medio hijo menos que la rural.11 Por otro lado, las proyecciones actuales para los próximos veinte años indican que la población del país, que actualmente es de cerca de 9.8 millones; para el 2015 será de cerca de 10.5 millones; y para el 2030 será de cerca de 12 millones (Recuadro). De éste crecimiento moderado, actualmente se considera que cerca del 38 % de la población tiene menos de 18 años, lo que significa que en los próximos dos decenios aumentará la población en edad de trabajar. 10 CELADE (Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía). 11 CESDEM (Centro de Estudios Sociales y Demográficos). Encuesta Demográfica y de Salud 2007 (ENDESA 2207), Santo Domingo. República Dominicana Estimaciones y proyecciones de la población total por sexo, 1950- 2050 Año Total Hombres mujeres 1950 2,364,651 1,197,309 1,167,342 1970 4,502,376 2,274,133 2,228,243 1980 5,807,916 2,927,639 2,880,277 1990 7,179,330 3,612,513 3,566,817 2000 8,553,739 4,287,520 4,266,219 2010 9,884,371 4,935,282 4,949,089 2015 10,496,535 5,231,864 5,264,671 2020 11,055,080 5,501,085 5,553,995 2025 11,560,329 5,742,967 5,817,362 2030 12,010,355 5,956,706 6,053,649 2040 12,722,100 6,289,597 6,432,503 2050 13,176,592 6,496,161 6,680,431 Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas

Esta situación representa una oportunidad de incrementar el empleo, elevar la productividad de la economía del país, aumentar las cotizaciones de la Seguridad Social y por tanto, elevar el ahorro interno del país. Claro está que esas tendencias significan nuevos retos para el país, ya que la nueva fuerza laboral demandará sobre todo de una mejor educación y capacitación laboral, salud, servicios públicos en general acordes con las demandas del mercado laboral. Si no se cumplen esas prioridades, entonces, estaremos repitiendo el modelo actual de los trabajadores que abandonarán la actividad productiva. 3.2.3. La esperanza de vida El aumento de la esperanza de vida es el segundo factor causante del envejecimiento de la población. La esperanza de vida en Latinoamérica está cada vez más cercana a la de los países industrializados y la mortalidad infantil es de las más bajas del mundo en desarrollo.12 En la República Dominicana, la esperanza de vida al nacer (EVN) en los últimos 40 años muestra una tendencia sostenida de avances en el mejoramiento de los niveles de salud. En 1950 la esperanza de vida al nacer era de 42.9 años para el hombre y de 45.2 para la mujer13. En 1998, casi medio siglo después, se había incrementado en 28 años (70.9)14 para toda la población. En la actualidad la esperanza de vida al nacer es de 70.8 años15 mostrando un ligero retroceso debido a la situación de crisis del país provocada por la crisis económico financiera del 2003; actualmente la crisis económico financiera global, la crisis de los combustibles y la crisis de los alimentos probablemente influyan en este indicador. 3.2.4. Mortalidad Infantil El otro elemento de la transición demográfica que ha mostrado una importante caída en los últimos treinta años es la mortalidad infantil (cuadro 3.1) en sus dos componentes: la mortalidad neonatal (número de muertes de los menores de 28 días por cada mil nacidos vivos del año), y la mortalidad infantil (total de muertes de los mayores de 28 días más los menores de un año por cada mil nacidos vivos). 12 FENUAP (Fondo de Población de las Naciones Unidas). División de Población de las Naciones Unidas, World Population Prospets: The 2000 Revision. 13 ONE (Oficina Nacional de Estadísticas). Estimaciones y Proyecciones de Población, 1950-2050, Revisión 2007. 1950 – 2050. Revisión 2007. 14 PNUD, Informe Sobre Desarrollo Humano 2000, UN Plaza, New York. 15 PNUD, Informe Sobre Desarrollo Humano 2009, UN Plaza, New York.

ENDESA 2007 reporta una probabilidad de mortalidad neonatal e infantil de 23 y 32 por mil nacidos vivos respectivamente, mientras que la tasa de mortalidad infantil de los niños menores de 5 años es de 31por 1000 nacidos vivos. 3.2.5. La mortalidad materna y la mortalidad general En el análisis de la transición demográfica16 se destacan dos elementos: la mortalidad materna y la mortalidad infantil. La confiabilidad de la tasa de mortalidad materna ha estado en dudas desde hace tiempo por organismos nacionales e internacionales17, pero recientemente se han hecho los ajustes en la clasificación de las muertes maternas, por lo que hemos comenzado a percibir un mayor grado de confiabilidad. ENDESA 2007, recientemente ha publicado una estimación de 159 por 100 mil nacidos vivos para el período 1997-2007, mientras que el Informe Sobre Desarrollo Humano 2008 del PNUD ha publicado una tasa de 150 defunciones maternas por 100 mil nacidos vivos. Estas estimaciones, hemos constatado con técnicos nacionales, son aceptables y confiables para trabajar. De cualquier forma, la mortalidad materna lo mismo que la mortalidad adulta, son fenómenos de rara ocurrencia si se comparan con la mortalidad infantil, como lo destaca ENDESA 2007. 3.2.6. Cambios en el perfil epidemiológico El análisis del perfil epidemiológico según causas de muerte en el gráfico 3.4, muestra un descenso en todos los grupos18 de los años de vida potencialmente perdidos (AVPP) por muerte prematura, vale decir, los años de vida que se perdieron porque las personas no pudieron alcanzar la edad normal promedio, muriendo antes de tiempo. Las principales tasas de mortalidad están dadas por las enfermedades cardiovasculares, le siguen las enfermedades perinatales y los tumores malignos. Este perfil se ha mantenido así en los últimos 20 años (1988-2008), 16 La República Dominicana se encuentra actualmente en una etapa de plena transición demográfica caracterizada por el paso de niveles altos a bajos de las tasas de natalidad y las tasas de mortalidad, consecuentemente pasando de tasas bajas a altas y nuevamente a tasas muy bajas de crecimiento, una vez terminada la transición. 17 Hasta hace poco el Informe Sobre Desarrollo Humano del PNUD publicaba conti – nuamente 230 muertes maternas/100 mil nacidos vivos. 18 Comparado con ENDESA 1996 (Encuesta Demográfica y de Salud), y Estudio de carga de enfermedad e intervenciones costo-efectivas en la R. D. efectuado por la Comisión Nacional de Salud, 1995.

destacándose una reducción sostenida de las muertes perinatales y las infecciosas, lo que puede estar asociado a mejores condiciones de vida e intervenciones de salud como el Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI). Se observa también una reducción muy lenta de las muertes maternas, especialmente asociada a una mejoría de la atención profesional del control del embarazo, las complicaciones el parto y el puerperperio así como del recién nacido.19 Es notorio el aumento de las patologías tumorales y endocrinas, en el caso de ésta última, a expensas de la diabetes mellitus, la cual constituye la principal causa de defunción de este grupo. Junto a las principales causas de mortalidad ya mencionadas, se encuentran muertes por accidentes de tránsito y los traumatismos y las violencias, homicidios, suicidios y envenenamientos, pero extrañamente, estas últimas no figuran en el Anuario Estadístico de la SESPAS. Es importante que se mejore este aspecto si tomamos en cuenta que son las responsables del mayor número de muertes prematuras prevenibles.

Santo Domingo, República Dominicana,

10 y 11 de octubre del 2010.

Dr. Roberto Sánchez

Ing. Leonardo Belén

Presidente Secretario General

 

En la República Dominicana 98% de cada 100 partos son atendidos por profesionales médicos.

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